Descripción
La independencia de Serbia se garantizó en el congreso de Berlin de 1878 con el final de la guerra turco-rusa. En 1882 el principado de Serbia se convierte en Reino bajo Milan I de la casa Obrenovic. Inicialmente Milán I se apoyó en el partido austriaco, pero los elevados gastos de la corte, los gravosos impuestos por ello ocasionados, y la posterior derrota contra Bulgaria en 1885 (salvada por Austria en última instancia), hicieron a su gobierno, y al partido austriaco por extensión muy impopulares.
En 1889, unos meses después de adoptar una constitución más liberal, Milán abdicó en favor de su hijo de 12 años, por causas desconocidas, mudándose a Paris. La influencia rusa comenzó a sustituir a la austriaca.
En 1894 el rey volvió a imponer la constitución de 1869 más absolutista. La impopularidad del Rey aumentó con su matrimonio con Draga, dama de compañía de su madre, y a la que se opuso su padre Milán, abandonando el país.
En 1903 con un golpe de estado, el rey fue asesinado siendo aclamado Pedro I de la familia Karađordević. Esto implicaría el asentamiento de la influencia rusa, de forma más combativa con Austria.
En 1912 y 1913 con las dos primeras guerras balcánicas, Serbia creció de forma extraordinaria a base del imperio otomano primero, y de Bulgaria después.
La muerte del archiduque Franz Ferdinand en Sarajevo, provocaría la declaración de guerra de Austria-Hungría a Serbia y el comienzo de la primera guerra mundial. A su fin, se crearía el nuevo Reino de Yugoslavia.
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