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Rey de Jerusalén

El título de Rey de Jerusalén, es uno de los títulos oficiales de nuestro monarca Felipe VI. Pero, ¿De dónde viene este título?, ¿Realmente los borbones reinaron alguna vez allí?

Veamos como nace el título, y como llega a nuestro monarca… Godofredo de Bouillon, conquista Jerusalén al frente de la primera cruzada en el año 1099, y toma el título de Rey de Jerusalén.

El título va pasando de forma razonable hasta la caída de la propia Jerusalén y la muerte de la mayoría de sucesores. Así, cuando llega la tercera cruzada (de las más famosas con la participación de Ricardo Corazón de León y Felipe II Augusto de Francia), hay dos contendientes al título. Guido de Lusignan, consorte de Sibila, pero que pierde el derecho al título al morir su esposa, y Conrado de Montferrato, casado con la hermana de Sibila.

Conrado se ve favorecido y Ricardo vende Chipre a Guido para compensarle. A pesar de ello, Guido sigue usando el título de Rey de Jerusalén hasta su muerte. No obstante, Conrado muere nada mas tomar posesión, a manos de los asesinos, y su mujer lsabella se casa con Enrique de Champaña y tras la muerte de este, con Aimery de Lusignan, hermano de Guido, y que ya había heredado Chipre de su hermano.

De nuevo el destino es caprichoso. Tras la muerte de Saladino, el reino ayubida se desintegra, y Aimery espera la cuarta cruzada para conquistar Egipto, pero esta nunca va a llegar, pues acaba conquistando Constantinopla, y Aimery y su mujer Isabella mueren habiendo iniciado los ataques. Reina la hija menor de Isabella con Conrado de Montferrato, María. María se casa con Juan de Brienne y muere después de dar a luz a su primera hija, Isabella. El papa confirma a Juan como Rey de Jerusalén hasta que su hija pueda hacerse cargo.

La quinta cruzada se centra en Egipto con la conquista de Damietta y la espera a la llegada del emperador Federico II. Pero Federico no llega y al-Kamil recupera Damietta desbordando el Nilo. Juan de Brienne vaga por Europa pidiendo ayuda y Federico accede a casarse con su hija Isabella. Isabella muere dando a luz a su primer hijo Conrado IV que nunca ira al este.

Denier acuñado por Juan de Brienne en Damietta

En cualquier caso, Federico sigue sin partir a tierra santa y el papa lo excomulga en 1227. Manda un ejército de avanzada, y en 1228 lidera la sexta cruzada y sí acude por fin al Levante. Su ejército no era numeroso por la excomunión, pero sin duda su sola presencia fue suficiente para conseguir importantes cesiones de los ayubidas sin una sola batalla. Así, consigue la cesión de Jerusalén y otras importantes ciudades para la cristiandad, pero la oposición del papado hace que no se integren realmente en el Reino.

Mientras tanto, Juan de Brienne (ex-suegro de Federico), lidera el ejército papal que invade las tierras de Federico en Italia, y fuerza a Federico a regresar a Italia. Por otro lado, en tierra santa se intensifica la llamada Guerra de los Lombardos entre el bando imperial y la nobleza local, identificada sobre todo por los Ibelin y los Montfort. Finalmente gana el bando local cuando Conrado asume la mayoría de edad. Conrado muere en 1254 y hereda los derechos su hijo Conradino, pero ninguno de los dos irá nunca a tierra santa, y los nobles locales controlan la regencia. Con la muerte de Conradino en 1268 a manos de Carlos de Anjou, de nuevo se abren las disputas.

Dirhem de imitación acuñado en el Reino de Jerusalen en 1251

Así, Hugo III de Chipre y María de Antioquía se disputan el Reino, pero las cortes de Jerusalén rechazan la candidatura de María y Hugo se asienta como Rey de Jerusalén. Ahora bien, en 1277, María vende su derecho al trono de Jerusalén a Carlos de Anjou con el beneplácito del papa. Hugo, harto de las disputas en el Reino, había salido para Chipre el año anterior, y durante el resto de su reinado, este estará de forma efectiva bajo control de los angevinos.

Tras las vísperas sicilianas la situación de los angevinos cambia, teniendo que enviar tropas de vuelta a Sicilia para defender el feudo contra los aragoneses. Así, cuando muere Hugo III, Carlos de Anjou sigue disputando el trono de Jerusalén a Juan I, pero cuando Enrique II de Chipre hereda el trono de su hermano con Carlos de Anjou ya fallecido, no tendrá problemas en recuperar el control del Reino.

Gros de Enrique II de Chipre con la cruz de Jerusalén en reverso

Los mamelucos se mostraban más beligerantes con los cruzados desde que Baibars sustituyó a Qutuz en 1260, y poco a poco habían ido desalojando a los francos de todas las ciudades. En 1291 se produce la conquista final de Acre, Beirut y Sidón, y Enrique II huye a Chipre donde seguirá usando el título de Rey de Jerusalén.

Esta línea chipriota seguirá usando el título de Rey de Jerusalén con una división en dos líneas por las disputas internas. Una que terminará en la casa de Savoya y los reyes de Italia, y otra en la República de Venecia (dónde Caterina Cornaro depositó sus derechos). La otra línea importante sería la angevina, dónde se consideró el Reino de Jerusalén como feudatario del Reino de Napóles a partir del momento en que Carlos de Anjou compra los derechos de María de Antioquía con beneplácito papal. Es por ello que cuando los aragoneses conquistan Napóles, toman el título también, y de esta forma llega hasta Felipe VI, que es donde queríamos llegar desde un principio. Así que no, los borbones nunca han reinado en tierra santa, y lo más cerca que estuvieron los aragoneses, fueron los escarceos de los almogávares y los condados de Atenas y Neopatria.

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Los Almogávares

Los almogávares eran tropas ligeras de choque, cuyo origen y nombre se remonta a grupos de salteadores de Al Andalus. Los aragoneses fueron los primeros en adaptar sus tácticas, y por ello fue llamada de esta forma su infantería ligera. Pero cuando de verdad cobran fama, y por lo que son recordados siglos después, fue por la actividad de un grupo de estos en el imperio bizantino a principios del s. XIV.

Así, en 1302 un grupo de mercenarios almogávares bajo el liderazgo de Roger de Flor, en su mayor parte veteranos de la guerra en Sicilia (desocupados tras la paz de Caltabellota), son contratados por el imperio bizantino para ayudar en la reconquista de plazas en Anatolia.

La gran compañía catalana, como se denominó, llegó a Constantinopla a principios de 1303, y con su llegada, saltaron las chispas, primero con los genoveses, dándose un fuerte conflicto entre ambos. Finalmente, el emperador envía a los Almogávares a su misión, y cosechan victoria tras victoria contra los turcos, incluso en fuerte inferioridad numérica como en la batalla de Aulax, tras la cuál logran levantar el asedio turco a Filadelfia

Tras asegurar la zona, ocupan Magnesia, bajo poder bizantino, levantando ampollas entre los líderes locales, que ven en Roger de Flor, no a un mercenario, sino a un auténtico gobernador de Anatolia.

Dejando una guarnición en Magnesia, junto con los tesoros confiscados hasta la fecha, los almogávares continuaron sembrando el pánico entre los turcos de Anatolia, cosechando una gran victoria en la batalla de Kibistra, contra un enemigo muy superior de nuevo en número. Pero al volver a Magnesia desde Cilicia dónde llegaron hostigando a los turcos, vieron que el destacamento dejado, había sido eliminado, por lo que pusieron sitio a la ciudad. El emperador Andrónico II llamó de nuevo a los Almogávares en ayuda del zar de Bulgaria para aplacar un levantamiento, donde acudieron, levantando el asedio.

Los excesos de los Almogávares contra la población griega en todo este periplo, más las ambiciones de Roger de Flor, les ganaron multitud de enemigos, y finalmente, en un banquete al que habían sido invitados por el emperador en Adrianopolis, fueron asesinados Roger de Flor junto con 100 caballeros almogávares. La orden la dio el hijo del emperador y co-regente Miguel. Posteriormente intentaron acabar con todos los almogávares que quedaban sin éxito llegando a poner sitio a Galípoli dónde se encontraban. Los almogávares acabaron con el ejército bizantino y saquearon durante años las regiones de Macedonia y Tracia, dejando para la posteridad un recuerdo de violencia sin límite, conocido como la venganza catalana.

En 1311, tras no recibir el pago acordado por su ayuda, conquistan el Ducado de Atenas y nombran Señor al Rey Federico II de Sicilia. En 1318 y 1319 añaden tierras de Tesalia y forman el Ducado de Neopatria unido al de Atenas. Mantuvieron estos ducados bajo soberanía aragonesa hasta 1388-1390 en que cayeron bajo los Florentinos, asociados con la Compañía Navarra.

Parece claro que la compañía catalana debió de acuñar moneda, pero no hay tipos a nombre del Rey aragonés. Se supone que mantuvieron los tipos anteriores, aunque esto tampoco tiene mucha lógica. Se atribuyen a los florentinos posteriores, piezas a nombre de Guy II, con un punto en la cruz del anverso y con un estilo de las leyendas muy peculiar, y por tanto, se supone que los catalanes hicieron los mismo. Mientras que Metcalf piensa que algunos de los tipos normales pudieran ser de los catalanes, Malloy atribuye a estos los tipos anónimos que Metcalf atribuye a la minoría de Guy I, lo cual deja claro el lío que existe en las atribuciones de esta época.

Malloy también les atribuye la gran cantidad de tipos con leyendas ininteligibles que se producen en la época, pero más parecen estas piezas falsas de época, que sin duda necesitan mayor estudio.

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La Batalla de Cartagena

Hola, comienzo el blog de la tienda con una de batallitas del abuelo.
En realidad, voy a contar algo que leí hace ya mucho tiempo, y que me pareció impactante. No porque me gusten las batallas ni nada por el estilo, sino por lo curioso que me parece que todo el mundo haya oído hablar de Nelson y de la batalla de Trafalgar en España (y eso que perdimos), y sin embargo casi nadie haya oído hablar de esta batalla de Cartagena y de Blas de Lezo.

Debo reconocer, que desde que leí esta historia la primera vez, la sensibilidad del público ha cambiado, y mucha más gente conoce a este personaje, pero de todos modos, voy a hacerle el mínimo homenaje, recordando sus hazañas.

Esta leyenda, se enmarca dentro de una guerra muy curiosa llamada la guerra de la oreja de Jenkins.
Hay que ver si tiene nombre literario, y sin embargo, nada, esto no lo cuentan en las escuelas…
El tal Jenkins era un contrabandista inglés, interceptado por los españoles y al que al parecer se cortó una oreja como castigo. El bando belicista inglés, lo utilizó en la cámara de los comunes para conseguir la declaración de guerra.
Inglaterra disponía desde el final de la guerra de sucesión española, del “navío de permiso”, al que se permitía comerciar con las colonias españolas (antes de eso, el comercio era un privilegio exclusivo de la metrópoli a través de la casa de contratación), pero por insuficiente, los ingleses seguían recurriendo al contrabando. Realmente el poderío comercial inglés, había llegado a un punto, dónde podían aspirar al dominio de todo el continente americano, y es lo que intentaron en esta guerra.

Su plan era acabar con el dominio español, a través de la conquista de los principales puertos de la América española, La Habana, Portobelo, Veracruz y Cartagena.
En la acción contra Cartagena, se encontrarían un escollo tan grande, que se verían obligados a terminar la guerra (bueno, se enmarcó finalmente dentro de la guerra de sucesión austriaca, terminando las hostilidades en América).
Los números son increíbles, unos 27000 ingleses, distribuidos en 186 buques de diverso tipo, frente a 3600 en el bando español y 6 buques de línea, más por supuesto las magníficas defensas de Cartagena.
Fue el mayor ataque anfibio de la historia antes del siglo XX (Galípoli y Normandía), y sin embargo como digo, poca gente lo conoce. El caso es que sorprendentemente, los ingleses no consiguieron su objetivo, lo que causó la caída del primer ministro inglés Walpole.
¿Quien consiguió semejante azaña? Pues el almirante español, Blas de Lezo y Olabarrieta, de Pasajes para más señas, y por tanto vasco 😉

Genial militar y un tipo peculiar desde luego, su apodo era patapalo o mediohombre (oneleg para los ingleses). La batalla de Cartagena es su última acción bélica, ya que muere por enfermedad al acabar, pero el hombre estaba hecho un cromo, sin un ojo, una pierna, y con el brazo derecho inutilizado (no de esta batalla, sino de las que había combatido durante toda su vida). Vamos que hombres como los de antes… 😀
En fin, semejante victoria sobre los ingleses, y apenas se menciona en España, ni la batalla ni a su artífice. Desde luego, tenemos que aprender un par de cosas de marketing de los ingleses…
Espero que os haya gustado la historia. Para más información

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Asiento
https://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Lezo