Descripción
Las islas no estaban habitadas cuando llegaron los portugueses hacia 1470. Estos consideraron que eran buenas bases para el comercio con el continente, creandose un asentamiento en 1493. Inicialmente, la mayoría de los colonos eran “indeseables” de la península, y en especial judíos, que encontraron las tierras volcánicas adecuadas para el cultivo de caña de azúcar. Para 1515 ya era un nodo de esclavos, y con la apertura de un molino de caña ese mismo año, la industria del azúcar se multiplicó, demandando más mano de obra.
Para mediados del s. XVI se había convertido en un nodo fundamental en el tráfico de esclavos, aunque la isla en si misma era bastante liberal con los negros y mulatos, permitiendo la manumisión y la participación política y ascenso en la escala social. Aunque la economía de plantación que se impuso, distorsionó esta situación posteriormente.
Desde finales del XVI, la competencia de otros productores de azúcar empezó a hacer daño en las islas, pasando la economía a ser principalmente por el comercio de esclavos. En el s.XIX con la creciente prohibición del comercio de esclavos, se introdujeron el café y el cacao, que se dieron bien en las islas, ocupando las plantaciones de estos productos toda la tierra útil. Para 1908, Santo Tomé se había convertido en uno de los mayores productores de cacao del mundo.
A pesar de la prohibición de la esclavitud en las colonias portuguesas en 1876, en la práctica siguió existiendo en las islas, con unas plantaciones llevadas por corporaciones portuguesas, o terratenientes ausentes.
En 1951, dentro de la politica del Estado Novo de evitar la independencia de las colonias, pasaría a ser una provincia portuguesa de ultramar.
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