Polonia, Unión de Polonia y Lituania, 6 Groszy – 1666

Descripción

En 1569 con la Unión de Lublin, lo que era una unión personal del Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania, se convierte en una mancomunidad, como una Federación en la que cada una de las dos entidades mantiene su propia identidad, leyes, ejército y tesoro.
En el momento de su formación, era uno de los mayores reinos del planeta, tanto en población como en territorio, llegando desde el Báltico hasta el mar Negro, y contando con unos 8 millones de habitantes en 1600 (Francia tendría unos 18 millones en ese momento).
En esta mancomunidad, los nobles tenían un gran control del poder a través del Sejm o parlamento, lo que en ciertos momentos debilitaba la posición del Rey, sobre todo frente a las monarquías absolutas de la época. Es considerada una democracia de nobles.
En un principio, la mancomunidad crece económica, militar y políticamente. En 1572 es elegido Rey Enrique de Valois, lo que facilita el comercio con Francia y sirve de contrapeso al poder Habsburgo. Pero pronto acudirá a reclamar el trono francés, y es elegido Estefan Bathory, que conseguirá importantes conquistas en Livonia, a pesar de la oposición de gran parte de la nobleza a un Rey transilvano. Con Segismundo III, vamos a llegar a apogeo y caída de la mancomunidad. Su ferviente catolicismo acabará con la ruptura de la unión entre Polonia y Suecia. Conseguirá conquistas en Rusia que atravesaba sus tiempos difíciles, colocando al falso Dimitry como Zar, y conseguirá pacificar también las tensiones con el Imperio Otomano, pero en la guerra con Suecia, tendrá que ceder una gran parte de Livonia.
Por presiones de la nobleza, se mantuvo fuera de la guerra de los treinta años.
En los años siguientes del s.XVII, se perderán más regiones, sobre todo por las tensiones religiosas. Los cosacos ortodoxos pedirán ayuda a Rusia, y se separarán de la mancomunidad en 1651. En 1655 se sufre una nueva invasión de Suecia. En 1683, Jan Sobiesky, aliado con el Emperador Leopoldo infligirá una gran derrota a los turcos en la batalla de Viena, marcando un punto de inflexión en los conflictos con el Imperio Otomano.
En el siglo XVIII, la debilidad de la mancomunidad, al borde de la guerra civil, hará que las potencias extranjeras tengan cada vez mas peso en la política, sucediendo lo que se ha venido a denominar los repartos de Polonia, entre Rusia, Austria y Prusia, que llevarán al país a desaparecer en 1795.
En 1791 se establece la primera constitución moderna de Europa, pero llegaba demasiado tarde para poder hacer frente a sus poderosos vecinos. Polonia y Lituania no volverían a aparecer en el mapa político hasta 1918, aunque con Napoleón se establecería el Ducado de Varsovia.