Descripción
La Toscana se convierte en una marca carolingia por ser terreno fronterizo (las marcas eran condados que por su especial riesgo, tenían un conde-marqués a su cargo). Se considera la creación del marquesado de Toscana en 797 d.C. y se considera dentro del Reino de Italia a partir de la creación de este en 855, a partir de la división a la muerte de Lotario, que deja a su hijo Luis II, el Reino de Italia.
A partir de la muerte de este sin herederos, la situación se complica, con varias familias nobles de Italia disputando el título. En 962, Otón conquista de nuevo el Reino de Italia, ligándolo ya de forma permanente al Imperio. En 1027, Conrado da el marquesado a la familia Canossa, estando ya el poder desviado hacia Florencia, dónde se traslada la capital del marquesado en 1057.
Lucca se hace muy próspera con el comercio de la seda en este periodo y se construyeron o se reconstruyeron importantes edificios, sobre todo eclesiásticos.
Tras la muerte de Matilda Canossa en 1115 que dejó a la dinastía extinta, sus extensos dominios (Toscana, Lombaría, Emilia…) serán pasto de luchas entre nobles, el papado y el emperador, lo que va a provocar la ruptura del norte de Italia en ciudades-estado, comunas y repúblicas.
Lucca empezará a configurarse como una comuna, y hacia 1160 ya tiene un capítulo para la gestión de la ciudad.
En 1197, con el nombramiento de Felipe de Swabia (marqués de Toscana excomulgado por el papa) como Rey de Alemania, tras la muerte de su hermano Enrique VI, numerosas ciudades de Toscana orquestadas por el papa, forman la liga de Toscana, que de manera efectiva es el fin del marquesado. A partir de este momento, se regirán de forma autónoma, aunque nominalmente estén bajo el marquesado y el Reino de Italia por algún tiempo.
Son muy importantes las emisiones de Lucca, pues son mencionadas por el cronista Raimundo de Aguilers, como una de las monedas llevadas por los caballeros de la primera cruzada. Lo cuál es curioso, pues los cruzados no pasaron por esta ciudad. De hecho, las emisiones de Lucca y Valence son de lejos las más habituales en hallazgos de las áreas cruzadas, por lo que debemos pensar en el poderío ecónomico de Lucca en aquel momento, y en que sus acuñaciones fuesen de mejor plata y por tanto preferidas por los cruzados. De lo que no cabe duda, es de que debieron ser llevadas al oriente latino por mercaderes de Pisa.
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