Descripción
El inicio de la invasión francesa de Italia, radica en la rivalidad entre la mujer de Ludovico el moro de Milán, Beatriz dEste, y la de su sobrino Gian Galeazzo, Isabela de Aragón. Cuando el padre de Isabela, Alfonso II llegó al trono de Nápoles, no dudo en apoyar a su hija en las pretensiones al ducado de Milán. Ludovico entonces invitó al Rey de Francia a invadir Nápoles en base a los derechos angevinos a este reino. Ludovico no debía pretender fortalecer a Francia, sino más bien desviar la atención hacia otro enemigo en la seguridad que no obtendría permiso de otros aliados de Nápoles (como Florencia) para atravesar Italia.
Sin embargo, esto no fue así, y Carlos VIII observó que Italia estaba dividida y era fácil de invadir.
Carlos VIII llegó hasta Nápoles dónde hizo uso de una extremada crueldad en los primeros asedios, lo que hizo cambiar las alianzas en su contra. Finalmente los aragoneses recuperaron Nápoles y las ciudades ocupadas por los franceses como Chieti, y el resultado para Francia fue bastante pobre. Pero había quedado claro que Italia era débil y rica.
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