Descripción
Debido a la permanente falta de dinero circulante en Irlanda, el Banco de Irlanda decidió emitir fichas en dinero bueno, que de facto se convirtió en moneda. Al no poder emitir moneda oficialmente, estas fichas se fabricaban en denominaciones no comunes (5, 10 peniques y 6 chelines) para evitar ser perseguidos por la ley de falsificación. Fueron acuñados en la Royal Mint de Londres con el peso correcto según el estándar Sterling.
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