Descripción
Las colonias holandesas de las indias orientales pasaron a ser controladas por el gobierno en 1800, con la disolución formal de la Compañía de Indias Orientales (VOC), en plena República de Batavia, bajo control francés. Después de ser invadidas en gran medida por los británicos durante las guerra napoleónicas, volvieron a control holandes en 1816 con la conclusión de las guerras siguiendo el tratado firmado por británicos y holandeses en 1814. En 1824 se realizaron algunos ajustes en base a las tensiones existentes por el establecimiento británico de Singapur y el reparto del Sultanato de Johor.
A partir de este momento, la explotación de las colonias va a estar basada en la rentabilidad y no en la expansión como bajo la compañía en siglos anteriores. No obstante, también se fortalecería el control lejos de las islas principales por diversos motivos, sobre todo el alejar a otras potencias europeas de la zona.
A principios del s.XX gracias al salto tecnológico producido por la industrialización, la totalidad del archipielago fue controlado por los holandeses.
Las indias holandesas tuvieron mucho éxito económico con la política de plantaciones, pues para financiar los costes de la expansión, se obligaba a plantar el 20% de la tierra a este tipo de cultivos (indigo, café…). El sistema se abolió en 1870 por los problemas de hambrunas que causaba. Posteriormente se impuso el sistema de Coolies (trabajadores chinos, malayos, indios…) traídos para las plantaciones de grandes empresas.
Los países bajos habían capitulado ante Alemania en 1940, pero las colonias orientales se consideraban bajo la esfera de influencia japonesa. En enero de 1942 los japonenes invadieron las islas, pues consideraban el caucho y el petroleo suministros vitales.
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