Descripción
Tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, se inició un proceso de transición liderado por políticos y representantes de diferentes ideologías y movimientos. Este proceso culminó con la aprobación de la Constitución española el 6 de diciembre de 1978, que estableció las bases para la organización política, económica y social del país.
La Constitución de 1978 estableció una monarquía parlamentaria, con el rey como figura simbólica y el poder ejecutivo ejercido por el gobierno. Se reconocieron los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, incluyendo la libertad de expresión, la igualdad ante la ley, el derecho a la educación y el derecho a la autonomía de las regiones.
Además, la Constitución estableció un sistema parlamentario basado en el Congreso de los Diputados y el Senado, y garantizó la descentralización y autonomía territorial. Esto condujo a la creación de las comunidades autónomas, que tienen competencias en áreas como la educación, la sanidad y la administración local.
Desde la aprobación de la Constitución de 1978, España ha experimentado un período de estabilidad política y desarrollo económico. Ha habido alternancia pacífica de poder entre diferentes partidos políticos y un fortalecimiento de las instituciones democráticas. El país también se ha integrado en la Unión Europea y ha experimentado un crecimiento económico significativo.
Sin embargo, el período también ha estado marcado por desafíos, como el intento de golpe de Estado en 1981, el conflicto separatista en Cataluña y los retos económicos, sociales y políticos, como el desempleo y la desigualdad.
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