Descripción
Tras el final del Trienio Liberal en 1823, Fernando VII recuperó el poder absoluto y estableció un régimen autoritario conocido como la “Década Ominosa”. Durante este tiempo, se implementaron políticas represivas y se anularon gran parte de las reformas liberales adoptadas anteriormente.
Bajo el reinado de Fernando VII, se restableció el sistema absolutista y se limitaron las libertades políticas y civiles. El rey buscó consolidar su poder y mantener el control sobre el país mediante la supresión de cualquier oposición política o movimiento liberal.
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, su hija, Isabel II, ascendió al trono siendo solo una niña. Durante su reinado, se produjeron conflictos y luchas de poder, conocidos como las Guerras Carlistas, entre aquellos que apoyaban a Isabel II y aquellos que apoyaban los derechos sucesorios de su tío, Carlos María Isidro.
A lo largo del reinado de Isabel II, se produjeron continuos conflictos políticos, incluyendo revueltas populares y conspiraciones militares. El país experimentó inestabilidad política y social, así como una serie de gobiernos inestables y corruptos.
A medida que avanzaba el siglo XIX, surgieron movimientos políticos y sociales que demandaban cambios y reformas más amplias. El descontento popular y la presión de los movimientos liberales llevaron finalmente a la Revolución de 1868, conocida como La Gloriosa, que derrocó a Isabel II y dio paso a un período de transición hacia un gobierno más democrático en España.
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