Descripción
Con Felipe II se inicia una etapa en la que la concepción del estado deja de ser algo meramente patrimonial, y no se van a producir más divisiones que las provenientes de las guerras y la diplomacia.
Sin embargo, los austrias nunca fomentaron la centralización nacionalista de sus dominios, lo que pudo ser un factor importante en no sufrir la desafección de algunos territorios, pero desde luego, no se produjo el mismo efecto que en otros países del entorno. La centralización no llegaría hasta los borbones.
En 1556, Carlos se retira y divide su legado entre su hijo Felipe y su hermano Fernando.
Felipe II vencerá de nuevo a los franceses en San Quintín y Gravelinas consiguiendo en 1559 la paz de Cateau-Cambresis, que alejaría la amenaza francesa durante varias décadas.
Será la época de hegemonía hispánica que llegará hasta la guerra de los 30 años, fijando algunos autores en la batalla de Rocroi de 1643, el punto de inflexión.
En cualquier caso, esta época estará regida por la expansión colonial, estableciéndose en toda América de norte a sur, y en Asia, con el establecimiento en Filipinas (fundación de Manila en 1572) y por las guerras de religión que Felipe llevó con una intransigencia que su padre no había tenido, lo que llevó a la guerra con Holanda, y sus desastrosos efectos sobre la economía y sobre todo, sobre las colonias portuguesas, ya que en 1580, Felipe heredaría también el trono portugués.
Por otro lado, también se pondría coto al expansionismo otomano en el mediterráneo en la batalla de Lepanto, organizada la santa liga como respuesta al asedio otomano de Famagusta. Si bien llegaron tarde para socorrer a Chipre, la batalla puso fin al expansionismo otomano que a partir de entonces entraría en declive.
El inicio de la guerra de los 30 años y la entrada de España en el conflicto, supuso un fuerte empuje de los católicos, considerándose 1625 como un annus mirabilis por los éxitos logrados contra protestantes, países bajos y daneses. Pero la suerte cambiaría y el conde duque aumentaría los problemas internos.
La economía castellana se derrumbaba por la guerra y los holandeses atacaban el comercio portugués cuando más falta hacía. Para aumentar los problemas, en 1630 aparece Gustavo Adolfo en escena desembarcando en Alemania. Alcanzada la paz de Praga en 1635, parecía que Alemania se estabilizaba, y entonces Francia entra en la guerra y al intentar Olivares forzar aportaciones económicas de los antiguos reinos de Aragón, acabó provocando la guerra dels segadors y la separación de Portugal.
La economía española estaba exhausta y no podía ya competir con el poderío de Francia, como acabó demostrandose en Las DUnas y posteriormente en Rocroi, dónde los tercios españoles, otrora todopoderosos fueron devastados. En la paz de Westfalia, España reconoce la independencia de los Países Bajos y en 1659 se ve obligada a firmar la paz de los Pirineos y en 1668 reconocer la independencia de Portugal.
Con la llegada de Carlos II “el hechizado” al poder, los problemas se incrementaron, incluyendo la invasión francesa de los países bajos, que dejó en evidencia la debilidad española.
La muerte sin herederos de Carlos II, provocaría la guerra de sucesión y una época de importantes cambios con la llegada de los borbones.
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