Descripción
Los almohades surgen en Marruecos durante el s.XII como un movimiento religioso fundamentalista en la que su lider adoptó el título de Mahdi (especie de mesías muy en la tradición chiíta). Este movimiento puritano impulsado por algunos clanes bereberes pronto derrotó a los almorávides y comenzaron una fuerte expansión por el Norte de África y la Península Ibérica.
Tras la expulsión de Ibn Tumart de Marrakech por los Almorávides, comenzó a predicar contra los almorávides, y creo la doctrina que aglutinaría a los Almohades. Abd Al Mumin comenzaría en 1132 su primera campaña militar contra los Almorávides.
1145 sería el año clave en la expansión por el Magreb, consiguiendo controlar los territorios para 1148.
En la península comenzarían con un pequeño contingente militar en 1145 a petición de la Taifa de Mértola. Poco después con el norte de África estabilizado el avance en la Península sería importante, aunque las continuas revueltas tanto en la Península como en el Magreb, no les permitiría emprender iniciativas de alcance contra los cristianos. El fallecimiento de Alfonso VII y la división posterior de los crisitianos facilitó la primera gran campaña en 1174.
En 1195 con la tregua con los castellanos terminadas, los Almohades infligen una importante derrota a Alfonso en la batalla de Alarcos, lo que les permite tomar importantes plazas extremeñas y manchegas. Las actividades de los Banu Ganiya (almorávides que controlaban Mallorca), que amenazaba posiciones almohades en el norte de África, facilitó la tregua con los castellanos. Así, los almohades iniciaron una potente campaña contra los Banu Ganiya en Baleares, pero estos tomaron a su vez plazas almohades del Magreb.
La derrota en las Navas de Tolosa en 1212 dejó patente la debilidad del Califato Almohade, y aunque a corto plazo la debilidad catalana y castellana, hizo que estos no pudieran sacar el redito posible, si que supuso la desmembración del imperio. Benimerines y Hafsies en el Magreb y la independencia de nuevas Taifas en la Península implicaron el fin del imperio. Así, pronto surgirían el Reino Hudí de Murcia y el Nazarí de Granada.
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