España, Feudal: Barcelona, emisiones locales bajo Carlos III pretendiente, 1 Diner – 1709

Descripción

A la muerte de Carlos II sin descendencia, tanto el delfín francés como el Emperador Leopoldo tenían base legal para reclamar la herencia española, pero las demás potencias europeas veían con temor la posible unión de las coronas española y francesa, en un momento en que Francia era ya de por sí la potencia hegemónica del continente. Pero por otro lado, Luis XIV veía con preocupación la unión de Austria y España como en tiempos de Carlos V, que había aislado a Francia. Por ello, las pretensiones se trasladaron a miembros más jóvenes de las familias, acabando en las candidaturas de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y del archiduque Carlos.
Por otro lado, Inglaterra y Países Bajos apostaban por una solución neutral, y finalmente Carlos II nombró a José Fernando de Baviera como heredero universal en 1696. Pero en 1698 se produce el primer tratado de partición entre Inglaterra, Países Bajos y Francia de espaldas a España.
La muerte prematura del bávaro en 1699, provocó el segundo tratade de partición, con los mismos participantes que otorgaba la herencia al archiduque Carlos, cediendo todos los territorios italianos y Guipuzcoa a Francia. Este tratado no fue aceptado por Austria, y en la corte española, el partido bávaro fue evolucionando hacia partido francés a favor de los derechos de Felipe de Anjou, y la buena acción del embajador francés frente al austriaco, consiguió que un mes antes de su muerte, Carlos II hiciese testamento declarando a Felipe heredero universal de todos sus territorios, lo que invalidaba el segundo reparto.
En estas condiciones estallaba la guerra, ya que Inglaterra, Países Bajos, Portugal y gran parte de Alemania apoyaban al archiduque Carlos. El conflicto evolucionó a su vez como una guerra civil en la que Aragón apoyaba a Carlos y Castilla a Francia, volviendo a las alianzas tradicionales anteriores a los Reyes Católicos.
El Archiduque invadió España en 1705 pudiendo gobernar principalmente en Cataluña. En 1711, con la muerte de su hermano, heredaba la corona imperial, e Inglaterra temerosa de la nueva unión de España y Austria retiraba su apoyo. La guerra concluiría con los tratados de Utrecht y la caída definitiva de Barcelona en 1714 y Mallorca en 1715.