Descripción
La leyenda dice que los habitantes de Aquisgrán se quedaron sin fondos cuando se construyó la catedral en el siglo VIII. Carlomagno podría haber proporcionado el dinero, pero estaba en alguna parte remota de su imperio. Así que hicieron un trato con el diablo: Él les ayudaría a terminar la iglesia, y le dejarían el alma de la primera persona que entrara en la catedral terminada. ¿Qué hacer? Bueno, la noche antes de que Carlomagno y el Papa León abrieran oficialmente la catedral, los habitantes de Aquisgrán atraparon un oso que luego sería “empujado” hacia la catedral donde el diablo ya estaba esperando a su presa. El demonio impaciente solo notó algo de dos patas y se lo llevó con él. Lleno de ira por su error, salió corriendo de la iglesia, tan rápido que uno de sus pulgares fue arrancado y quedó atascado en la puerta de entrada de la catedral. Nuevamente asumiendo un “fondo de catedral”, la mujer de Aachen era tan inteligente como los de Aachen con ese oso. Por supuesto, el diablo estaba buscando venganza y decidió “enterrar” la catedral debajo de mucha arena que arrastraría desde el Mar del Norte hasta Aquisgrán. Bueno, hasta el diablo se cansa de vez en cuando, sobre todo con esos enormes sacos de arena. Así que quiso hacer una pausa no muy lejos de Aquisgrán. Le preguntó a una mujer del mercado (o campesina) que venía de la ciudad qué tan lejos estaba. La mujer, sin embargo, notó su pezuña o su cola. Dios mío, ¿el diablo de camino a Aquisgrán? Rápidamente dijo que la ciudad y el mercado todavía estaban muy lejos, señaló sus zapatos malos y una hogaza de pan dura, y dijo que había comprado ambos, nuevos, en el mercado para confirmar que aún quedaba lejos. El diablo volvió a enfadarse terriblemente, dejó toda su arena donde estaba, se escapó y nunca más volvió a Aquisgrán. Así una granjera/mercadera salvó la ciudad, y así se creó el Lousberg (una “montaña” al norte de Aquisgrán): Un montón de arena, dejado allí por el diablo. Por extraño que parezca
Época:
Aachen fue la capital de Carlomagno, y después de la primera guerra mundial, al igual que la región al oeste del Rin, fue ocupada por los aliados.
Aachen no emitio Notgeld a lo largo de la guerra, sino que la emisión es de 1920. Es una época en la que el coleccionismo de Notgeld ya se había establecido, y aunque es probable que aún hubiera falta de circulante, la emisión parece principalmente dirigida a coleccionistas.
Las series posteriores que hubo en otras ciudades si que se debieron al proceso inflacionista que necesita continuamente emisiones de más valor, al perder valor las anteriores.
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